Pero antes de lanzarse de cabeza a leer mil libros sobre conocimiento ancestral o hacer carísimos "cursos salvadores y milagrosos" uno debería preguntarse: ¿Qué es la Espiritualidad?
La Espiritualidad podría definirse como la capacidad que todo Ser vivo tiene de hacer evolucionar su "Espíritu" a partes iguales junto los dos elementos que componen al Ser, conocidos como el "Cuerpo" y la "Mente".
Para entrar en los Templos de la Espiritualidad lo primero que se tiene que hacer es desaprender, saber que hasta ahora todo lo aprendido te ayudaba a integrarte en una sociedad profundamente enferma y desconectada de sus propias voces interiores. La llave para iniciar un verdadero sendero iniciático pasa por desconectar para conectar, abrir la jaula psicológica para que todos los pájaros que hay en la cabeza salgan volando y liberen al individuo de sus propios fantasmas y demonios, arquetipos que ellos mismos han creado en su interior para justificar todo el infortunio que no comprenden de su vida.
No se trata de manifestar fanatismo en todo lo que se hace en la vida, sea alimentación, trabajo, moral o credo sino tratar de manifestar cada día aquello que uno pretende transmitir simplemente a través del Ejemplo. Cuando las cosas se "hacen" no necesitan ser dichas, basta con dejar que cada uno elija su camino y dar la libertad a equivocarse, caer, levantarse y seguir puesto que al final tarde o temprano todos los ríos desembocan en el mar.
Es cierto que la frase "si quieres que algo se haga bien hecho, hazlo tú mism@" puede también aplicarse muy válidamente para quien emprende el sendero del Crecimiento Espiritual puesto que más allá de toda duda, la sociedad actual todavía tiene dudas a la hora de elegir entre la verdad y el autoengaño, escogiendo el sencillo pero caro camino de la ignorancia antes que adentrarse en el verdadero, profundo y misterioso bosque de la sabiduría.
Prof. Denis Astelar
www.academiahermes.com
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