Viví una infancia para mi bastante difícil, esto me ha afectado hasta el día de hoy. Yo siempre fui una niña extremadamente sensible e inquieta, de modo que todo lo he hecho de forma muy vertiginosa, inconsciente y sin pensar dos veces las consecuencias. Amaba profundamente a mi padre y su ausencia emocional y física me rompían, a la vez mi madre desde su posición adulta lo vivía con sufrimiento e incertidumbre...aquello era caótico para todos, se respiraba inseguridad y falta de afecto por parte de ambos, ellos no eran conscientes de nuestro dolor, ya tenían el suyo.
Yo tan sólo quería tener una familia y mi alma me empujaba a vivirlo con esta energía rápida que me caracteriza. Salí de casa después del divorcio de mis padres y me fui a vivir con el que yo pensaba era el hombre de mi vida. Nunca fue una relación de iguales, pues yo tiraba y empujaba y él se quedaba esperando sentado y haciendo lo suyo. Tenía un concepto de las relaciones x, que era el patrón adquirido del desastre de familia que mis padres habían creado, bueno, esa era mi opinión. Juzgaba eso a todas horas, como si yo tuviera la verdad absoluta .Pronto tuve un hijo y a los dos años otro, con 25 años y sufriendo lo que no está escrito, me revelé con mucha altivez ante todas mis raíces y me empeñé en seguir hasta 16 años más con esta historia que jamás en ninguna de sus facetas fue sana para mi. Cuando decidí llegar al divorcio, estaba más que rota, había tirado la toalla y quería hasta desaparecer, ni siquiera los niños me ataban a este mundo. Repetía la misma historia de mis padres, con algún matiz que la diferenciaba de la mía, pero el mismo culebrón, el que yo siempre critiqué. Mi madre me tendió la mano y nunca me echó nada en cara, sólo estaba... y ahí sigue estando. Ella me dio una caña de pescar nueva y me dijo... venga, a pescar de nuevo hija. Por supuesto estaba 24 horas pendiente de mí al teléfono, pues ella trabajaba en Lanzarote y yo estaba en Valencia, viviendo en su casa con mis hijos y mi hermano. Ella me puso en contacto con un terapeuta que se encargó durante un año de ayudarme y luego de forma alterna, de darme terapias a distancia y equilibrarme día sí y día también, brutal la faenita.
Comencé a leer libros de autoayuda y psicología holística y me puse a buscar terapeuta de constelaciones familiares. Todo esto fue con un paso previo por Barcelona, donde me llevaron a conocerla a ELLA, un canal brutal de sanación que provocó en mí un antes y un después. Me dieron mensajes a través de este canal que me confirmaron todo lo que yo ya suponía y sin preguntarle nada, todo tuvo respuesta. Salí de allí con muchas ganas de vivir y comencé un nuevo camino, el que hoy sigo haciendo. Me puse manos a la obra y me dediqué a ir a constelaciones familiares, participaba en todas y sufrí bastante en mi cuerpo físico, pues cada vez que iba caía tres días en la cama enferma, así era mi forma de desbloquearme.
Comprendí muchas cosas y de repente un día...mi padre y mi madre eran otros para mí, los veía con ojos diferentes, era increíble haber encontrado la solución a mi sanación de esta manera.
A raíz de todo esto, aunque la separación del padre de mis hijos fue bastante dolorosa, la lleve con cautela y mucho amor hacia los niños y hacia El. No fue fácil, por que no estábamos a la par y el conflicto por su parte ha seguido activo hasta hace unos meses. Siempre intente que los niños miraran a su padre con buenos ojos, aunque cometí errores que he salvado con mucho tesón y tiempo, no es fácil romper, dejar atrás y resolver las cosas así por las buenas. He aprendido a reparar mi corazón y el de los míos, con esto los niños aprendieron a respetar a todos y a todo a su alrededor, valió la lección y de esto hemos salido titulados.
Tuve momentos prolongados de bajón verdaderamente fuertes, se hacían pesados y no veía la luz en mi vida, pero claro, mi madre estaba siempre ahí y eso fue muy importante en mi proceso. Un poco por esto que os cuento y mucho más que no me da para este artículo...diré que esto fue un despertar en toda regla para mi.
Las cosas han ido tomando su camino y sin darme cuenta hacía un destino fantástico, el que siempre soñé.
Todo lo ocurrido hoy tiene un gran significado en mi vida, aunque me costó bastante tener esta forma de ver todo lo que yo consideraba desgracia en mis experiencias. Ya no me brotan lágrimas cuando escribo o hablo sobre esto, me surge más una sonrisa... si! Por que me recuerdo inocente, veloz y elocuente ante un mundo tan complicado desde los ojos que hoy lo observan, los míos. Veo amor en todo, ya no me siento agredida por nada, creo que por eso estoy ayudando a otros a ver el futuro creando un presente sin que afecte el pasado, con todas esas heridas a causa de las guerras vividas. Bendigo cada día a todos los que han participado en mi plan divino, sin excluir a nadie, por que cada uno ha hecho su papel a la perfección para que mi crecimiento sea el que hoy es.
Agradecida a Dios y a la vida.
Margarita Giner Bernet
Naturopatía, Reiki, Sanación.
Móvil : 605 83 09 62
Mail : salvatge74 @gmail.com
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