Cuando sano mi cuerpo sano mi alma
El movimiento es lo más aproximado a una canción del cuerpo, que encauza las emociones a través de su expresión y de sus ritmos vitales. Etimológicamente “Emotio” alude directamente a producir un movimiento que induce una acción, canalizando el sentimiento a través del cuerpo.
Y es que el cuerpo lo expresa, lo muestra todo. Muestra cuál es tu biografía de vida y cómo estás aquí y ahora, emocional y mentalmente. En este aspecto, nadie como Carl Gustav Jung ha indagado tan profundamente en el camino de integración entre el cuerpo y la psique. Para Jung no existe diferencia entre ambos. El cuerpo es la base para la construcción de nuestra identidad (el Self), para la experiencia de ser y estar en el mundo. En la memoria corporal está grabado quienes somos y lo que somos, nuestra parte finita y la intuición de lo ilimitado que representamos.
El cuerpo tiene su propio lenguaje y nos habla del sentido de la tierra, de sus contracciones y distensiones, del ritmo de la naturaleza y del universo, de nuestra respiración, de los latidos del corazón, de la sabiduría más profunda que se halla tras nuestro pensamiento, las palabras y los sentimientos. Los pies aprenden antes que el espíritu, son los que recogen la fuerza vital de la tierra y mueven esa energía para despertar la acción mediante la expresión del cuerpo.
Por ello, hay que aprender a confiar, a creer y a querer el cuerpo.
A través del trabajo corporal, podemos vincular la conciencia a los niveles más profundos de la psique, que puede revelarse con toda su complejidad. La experiencia promovida por el movimiento permite que la vida penetre en el cuerpo, provocando un estado que ayuda a experimentar y comprender la vida, escuchando los modos de decir del propio cuerpo. ¿Escuchas tu cuerpo? ¿Sabes cómo te está hablando? ¿Sabes lo que realmente necesita?.
El movimiento y el baile pueden provocar cambios tanto a nivel biológico (mejorando la postura corporal y reduciendo las molestias y los dolores) como a nivel psicológico, transformaciones que no podrían ser fácilmente producidos por la voluntad o por la reflexión. Marcel Proust decía que nuestros brazos y piernas están llenos de memorias durmientes del pasado. Y esas memorias se despiertan a través del movimiento.
Conocer el cuerpo es conocerse uno/a mismo/a, su bloqueos, sus corazas, sus tristezas, su furia y su capacidad de sentir placer y alegría. Así facilitamos sanar y transformar cualquier huella o herida que hayamos acumulado en nuestro camino de vida. Si conoces y amas a tu cuerpo, honras y amas tu alma. A través de nuestro cuerpo, de nuestro baile, nos exploramos, descendemos a las cavernas interiores y nos elevamos hacia afuera con más energía. Por eso, el proceso de autoexploración corporal (y por ende, emocional y mental) es capaz de crear caminos para dejar salir al ser auténtico que hay en ti y que pugna por dejarse ver.
Cristina Serrat
Coach corporal y trainer en PNL
shambalaemotion.wordpress.com
cris.serrat@yahoo.es / cristina@shambalaemotion.org
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