Shiatsu en Mollet del Valles, por Lola Berbel

Actividad patrocinada por Magazine deixalatevaempremta.org

¿Qué me voy a encontrar en una sesión de Shiatsu?

Lo primero que encontrarás será un espacio para ti. Un espacio físico y un espacio emocional.
En el espacio físico encontrarás que se cuidan todos los detalles.
Para un terapeuta de Shiatsu es esencial que la persona que viene a recibir el Shiatsu se sienta cómoda, protegida y cuidada y por lo tanto, hasta el mínimo detalle es importante.
El ambiente será cálido, acogedor, posiblemente acompañado de música relajante, incienso y alguna vela.
El futon, extendido en el suelo, te invitará a estirarte en él y descansar, dejarte llevar y disfrutar del viaje.
El terapeuta se colocará a tu lado y empezará el tratamiento, siempre desde el respeto, cuidando mucho el contacto y el acompañamiento. Todo esto según las necesidades de la persona que recibe el Shiatsu.
Durante aproximadamente una hora, y después de hacerte una serie de preguntas para conocer tu estado actual, efectuará diversos estiramientos, amasamientos, manipulaciones y presiones a través de los canales de energía o meridianos. Movimientos dirigidos a reequilibar tu energía para promover la autocuración.
Al acabar la sesión todavía habrá un espacio para que le comentes lo que has sentido y cómo los has sentido o cualquier cosa que desees comentar con el terapeuta.
Después de esto te dará una serie de recomendaciones que pueden ser sobre alimentación, ejercicios a realizar en casa o cualquier otra cosa que considere que te puede ayudar.

¿Y para qué sirve un Shiatsu?

Trata enfermedades donde los trastornos o la inquietud emocional constituyen un factor fundamental:

Insomnio.

Ansiedad y depresión.

Tensión muscular (dolores de espalda, rigidez en el cuello y los hombros, dolor lumbar, dolores articulares).

Cefaleas.

Trastornos digestivos.

Problemas menstruales.

Defensas bajas.

Pero sobretodo, te hace consciente de tu cuerpo, de tu ser, de lo que necesitas, de lo que tienes y de lo que quizá falta.

Te hace reconocerte y saber en qué punto estás.

¡Te hace sentir, sentirte!