En el momento que un mineral entra en nuestras vidas hay que limpiarlo y prepararlo para que haga su función en nosotros.
Cada mineral tiene una función, siempre es para ayudarte ya sea a para aportarte energía, eliminar cosas negativas, curar un dolor físico o psíquico, limpiar tu entorno, etc. Los minerales son naturaleza viva y una vez cae en tus manos su misión es canalizarte en todos los ámbitos de tu vida. Al llegar a nosotros no sabemos por cuantas manos habrá pasado, cuantas emociones ha soportado, su procedencia y ni si ha sido purificado o limpiado previamente. Estos minerales han interiorizado todas las energías, tanto positivas como negativas, de todas las personas que previamente han interactuado con él. Piden a gritos que los limpiemos y que los energicemos o purifiquemos nuevamente para poder ayudarnos a cumplir su misión en nosotros.
Aquí os dejamos algunos consejos previos antes de usar el mineral y que pueda integrarse plenamente a cada uno de vosotros.
Métodos:
Con agua del mar.
Esta es la mejor manera de limpiar el mineral y de liberarlo de todas las energías que se han ido cargando por el rozamiento de toda la gente que lo manipuló previamente hasta que llegó a nuestras manos. A pesar que muchos dicen de dejarlo dentro de un recipiente con agua de mar unas seis horas, personalmente aconsejo cogerlo con la mano y sumergirlo con cuidado directamente en el mar, de esta manera las energías de la madre tierra que se encuentran en el vaivén de las olas lo limpiará y cargará en segundos evitando que el mineral se ralle o sufra daños por tenerlo demasiadas horas con el contacto del agua de mar. Además si lo hacemos en una noche con luna llena la carga energética será mucho más potente.
Con agua corriente y sal.
Pondremos en un cuenco agua del grifo con un puñado de sal, si es sal gorda mucho mejor. Colocaremos encima del cuenco un recipiente transparente, un plato o vaso de cristal puede servirnos, y en él pondremos el mineral durante unas 12 horas mínimo. Una vez transcurridas estas horas ya tendremos el mineral cargado y sin sufrir ningún daño.
Este procedimiento también lo podemos hacer con sal natural. Cogemos un cuenco con agua del grifo, colocamos un recipiente encima (esta vez no hace falta que sea de cristal pero debemos evitar los metálicos) y colocamos una piedra halita que se puede encontrar en tiendas de minerales. Esta piedra es sal natural y es muy buena para poder limpiar los minerales, incluso varios a la vez ya que evita que los demás minerales se traspasen o se quiten energías entre ellos.
Con otras piedras.
Colocar el mineral junto a un cuarzo transparente, cuarzo citrino o la cornalina nos permitirá limpiar y purificar los demás minerales. Para ello es aconsejable colocarlos dentro de una bolsa de tela o una caja de madera natural y ponerlo todo junto dentro resguardándolos de la luz, siempre ha de quedar cerrado hasta que los vayamos a usar.
Con una drusa o una geoda.
Pondremos el mineral encima la drusa o dentro la geoda durante veinticuatro horas. No se recomienda utilizar este método para el cuarzo rosa, la piedra luna o la selenita.
Con la energía del sol.
Dejamos el mineral en la terraza o balcón y lo dejamos unas tres horas bajo los rayos del sol, no dejarlo más tiempo ya que el mineral puede perder su color. No usar este método con la amatista, malaquita, piedra sol, turquesa o ámbar ya que los rayos del sol los puede abrasar al ser minerales muy sensibles al calor directo.
Con la energía de la luna.
Una forma rápida y muy buena es cargar el mineral la noche de luna llena. Dejarlo en la terraza o al lado de la ventana toda la noche hasta el día siguiente, así el mineral cogerá la energía de la luna.
Este método se puede realizar cada luna llena y de esta forma tendremos siempre cargado el mineral.
No cargar nunca la piedra luna este día ya que la energía que contiene la piedra luna es muy potente y cargarlo con la misma luna llena puede hacer que sufra daños el mineral. Sí se puede cargar con los rayos del sol.
Bajo la tierra.
Enterrar el mineral en una maceta o en el suelo unas tres o cuatro horas. De este modo el mineral conecta con sus orígenes y se regenera. Con este método, a la vez que limpiamos el mineral también cargamos de energía la planta o flor donde está enterrado.
En nuestra mano.
Cuando ya hemos limpiado y energizado el mineral, lo cogemos un rato con nuestras manos, así conseguiremos que el mineral capte nuestra energía y se complemente con nosotros.
Las personas que trabajan con las energías también pueden cargar los minerales trasmutando las energías negativas que lleva el mineral en positivas.
Es aconsejable, una vez limpiado el mineral y proceder ya a su uso, ir cargándolo con nuestra energía ya sea llevándolo encima (no juntar con monedas o llaves) o con nuestras manos durante unos minutos mínimos diarios. Si el mineral es grande para poder hacer esto, lo pondremos en un lugar de la casa donde estemos más a menudo y a ser posible junto algún objeto nuestro o en nuestro armario. El mineral ha de notar nuestra energía en todo momento. Cuánto más la note mejor hará su función.
Recuerda que cada mineral es único y si llega a nuestras manos es por alguna razón.
Nosotros no escogemos el mineral, es él quien nos escoge a nosotros. Por ello, es aconsejable no dejarlo tocar para evitar que se crucen energías y pierda el puro contacto nuestro.
631 64 59 63
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