Quiero inspirar a la gente…
Esa fue la frase que me inspiro a mí hace poco más de un año a sacar lo que llevaba dentro, a querer una vida más mágica, más extraordinaria.
Hasta hace un año llevaba una vida “normal” que no estaba mal pero a mí no me llenaba. Sabía que no quería seguir trabajando de camarera toda la vida. Comencé a tener la sensación de que había algo, laboralmente hablando, que estaba hecho para mí, pero por mucho que me esforzaba no llegaba ni a imaginarme lo que podría ser, con lo cual me sentía un poco frustrada.
Me fui a Canadá un año y allí me prometí vivir el presente tal y como viniese. No dejaría que el miedo me frenase. Gracias a abrirme a la vida de aquella manera se me dio la oportunidad de hacer cosas que jamás me hubiera creído capaz de hacer… Alguien llegó y me ofreció un trabajo como maquilladora de fantasía. Estuve a punto de decir que no porque el miedo me atrapó diciéndome que yo no podía hacerlo porque no tenía experiencia. Si ni siquiera sabía dibujar! Afortunadamente, la curiosidad pudo más que el miedo. Fui un día a probar y me enamoré del trabajo! El trato con los niños, el ritual de maquillarles, la ilusión en sus ojos al mirarse en el espejo, el agradecimiento de los padres… De verdad iba a tener la suerte de ganar dinero haciendo algo que me hiciera sentir tan bien y llena de vida? No me lo podía creer!
Poco a poco fui aprendiendo los trucos de los pinceles y las pinturas, pero sobre todo me enseñaron a honrar la experiencia de poder pintar a alguien. Me enseñaron que es más importante el intercambio y la conexión entre el maquillador y el maquillado que el resultado final. Sentar al niño y pedirle que cierre los ojos y se relaje. Sentir cómo confía en ti. Ver como su carita se va relajando cada vez más a cada trazo que yo doy con el pincel. Algún niño hasta se me ha llegado a quedar dormido mientras le pintaba! Y al decirles que ya está llegando el final, le entran los nervios queriendo verse en el espejo, y a mí me entra toda la emoción por ver la cara que va a poner al verse esperando que le guste tanto como me gusta a mí!
Al mismo tiempo que ocurría todo esto, y gracias a la frase de Quiero inspirar a la gente que leí en una sudadera que no me gustaba pero me acabé comprando por la frase…, decidí pintar mis propias camisetas con mis colores favoritos y frases que fueran inspiradoras para mí. Comencé a experimentar con pintura y técnicas simples de estampación de tejidos y, la verdad es que no sé muy bien como ocurrió, pero comencé poco a poco a vender las camisetas a amigos, y a amigos de amigos. En cuestión de semanas me vi a mi misma vendiendo mis camisetas en ferias artesanales en un precioso rincón de Canadá llamado St. John’s. Allí creé algo que me gusta llamar “Inspiración en cadena”. Se trata de que llevando las prendas que yo pinto tienes la posibilidad en tus manos de alegrarle el día a otra persona que se cruce contigo y lea la frase inspiradora de la camiseta que llevas puesta. ¡Todos estamos conectados! En definitiva esta es mi pequeña aportación para inspirar a la gente y crear un mundo mejor.
Aquella ciudad me regaló el descubrimiento de mi pasión y vocación. Por eso estaré eternamente agradecida.
Hace unos meses llegó el momento de volver a Barcelona y, aunque no las tenía todas conmigo, parece que la vida me está volviendo a apoyar para que pueda seguir disfrutando de mi recién descubierta vocación, queriendo inspirar a la gente y dejándome inspirar por la vida!
¡Gracias!
Maquillaje: facebook.com/rainbowgirlmaquillajefantasia
Ropa y complementos: facebook.com/rainbowgirlbcn
Instagram: @los_mundos_de_rainbowgirl
No hay comentarios:
Publicar un comentario