Ideas para que pases un verano más fresco, por Aldo Pazó Vila

El confort térmico es fundamental para estar sanos física y psíquicamente.

En verano debemos evitar la temperatura y humedad extrema, los cambios bruscos de temperatura y el exceso de radiación solar. A parte de los efectos físicos, ampliamente conocidos, es importante no salir de nuestra zona de confort y así evitaremos otros efectos no menos importantes como: los psíquicos o subjetivos, la insatisfacción, la susceptibilidad y la distracción.

Soluciones tradicionales y muy ventajosas que podemos aplicar:

La arquitectura tradicional siempre refleja cómo se ha adaptado el ser humano a su entorno para conseguir el bienestar. Vamos a analizar las diferentes soluciones y verás cómo es posible estar mucho más cómodo sin necesidad de encender el aire acondicionado:

Si vives en una ciudad costera o cerca del litoral notarás que la humedad del aire es alta por lo que conviene buscar siempre zonas bien ventiladas –el diseño tradicional en este tipo de clima está basado en las típicas terrazas o porches en fachadas opuestas para favorecer la ventilación cruzada– La técnica es bien sencilla, con el paso del aire, la brisa absorbe la humedad de nuestra piel y nos refresca al evaporarse el sudor.

Por el contrario, si este verano te encuentras en una zona del interior verás que los veranos son secos, la piel se mantiene seca y el paso del aire cálido nos genera incomodidad. En este tipo de clima podemos tomar ejemplo del diseño de los tradicionales patios andaluces –consisten en patios cerrados que evitan las corrientes exteriores de aire cálido, los patios están rodeados por porches que ofrecen sombra, normalmente se encuentran adornados con abundante vegetación y una fuente central– La fuente es la clave del conjunto, el agua refresca el aire que queda atrapado entre el patio y los porches.

Si estás pensando en viajar a las Islas Canarias no puedes dejar de visitar las obras de Cesar Manrique en Lanzarote, este arquitecto contemporáneo recuperó el diseño de la arquitectura local –fachadas encaladas en color blanco que reflejan la radiación solar, muros anchos de piedra que mantienen el aire fresco como en una cueva– Soluciones arquitectónicas que se mantiene en la isla con el paso de los años lo cual nos demuestra la efectividad de las soluciones tradicionales.

Qué puedes cambiar en tu entorno:

Si trabajas en una oficina quizás no puedas elegir un entorno idílico pero sí puedes mejorar el ambiente próximo que te rodea. Aplica estos consejos para mejorar tu confort y pasar un verano más saludable:
Utiliza ropa cómoda y que favorezca la transpiración: lo mejor son las fibras naturales como el algodón y el lino.
Abre la ventana por la mañana cuando la temperatura es más baja, se refrescará la oficina y necesitarás menos aire acondicionado.
Reduce la radiación solar: los toldos evitan que la radiación entre al interior mientras que los estores impiden que el sol incida directamente sobre tu piel.
Reduce las cargas de calor: puedes apagar la iluminación cuando haya luz natural y pon el ordenador en reposo cuando no lo utilices, así además ahorrarás energía.
Si utilizas aire acondicionado sé eficiente, la temperatura de confort en verano es 25ºC. Además recuerda que el aire acondicionado reduce la humedad del aire, para evitar problemas de salud no permitas que la humedad de la sala sea inferior al 30%.